A la hora de someterte a una cirugía mamaria, hay muchos factores que debes tener en cuenta, y uno de ellos es la vía de colocación de las prótesis.

Evidentemente, para tomar decisiones siempre deberemos hacer un estudio previo de tu caso. Sin embargo, en este artículo hemos querido resumir algunos pros y contras de las diferentes vías de abordaje. Sigue leyendo para descubrir todas las opciones.

¿Qué vías de colocación de prótesis tenemos en una cirugía mamaria?

Podemos distinguir entre tres vías: la areolar, la axilar y la submamaria. Empezaremos con el acceso axilar, y es que en Herrero Jover Médicos solemos reservar esta opción para casos muy concretos. El motivo es simplemente la dificultad para colocar correctamente la prótesis, un problema que no nos encontramos con otras vías.

La siguiente vía de acceso que podemos utilizar es la areolar, y aquí encontramos una clara ventaja. Al hacerse la incisión en la transición de la piel más oscura a la piel más clara del resto del pecho, la cicatriz queda muy disimulada. Sin embargo, si esta zona es muy pequeña, nos encontramos con una limitación en cuanto al tamaño de la prótesis que podemos introducir. Además, cabe mencionar que, incluso si sigue siendo pequeño, el riesgo aumenta ligeramente para mujeres que piensen en la lactancia para un futuro.

Por último, y esta es la opción preferente en muchos casos, tenemos la vía de acceso submamaria. Podemos acceder muy fácilmente a la zona de colocación de la prótesis y no tenemos limitaciones de tamaño, con lo que reunimos las ventajas de las dos opciones anteriores. Además, has de pensar en que la cicatriz quedará oculta por la caída natural del pecho, de forma que será totalmente o prácticamente imperceptible.

¿Dónde se sitúa la prótesis?

Hablemos ahora de dónde quedará situada la prótesis, y es que hay varias posibilidades para elegir según las características anatómicas de la paciente.

La primera opción es la colocación subpectoral, es decir, debajo del músculo pectoral. Esta tiene algunas ventajas, como el hecho de que los bordes de la prótesis van a quedar más disimulados y, por lo tanto, utilizarla es una forma de conseguir un resultado natural. En los casos en los que usemos prótesis más bien redondas, este hecho tiene aún más importancia. Además, facilita los controles por mamografía y ecografía.

Antes de pasar a la segunda, queremos hacer un apunte, y es que podemos optar por una colocación submuscular parcial, de modo que solo una parte de la prótesis quede debajo del músculo. 

Por otro lado, tenemos la inserción subglandular, menos dolorosa. Eso sí, los bordes de la prótesis se notarán más, por lo que el resultado puede quedar menos natural si no optamos por prótesis anatómicas.

Por último, antes de cerrar este artículo con una recomendación, hemos de mencionar la prótesis subfascial. Esta queda debajo de la fascia, un fino tejido que cubre el músculo. Es una opción a tener en cuenta cuando la prótesis es anatómica o en forma de lágrima o gota, así como en el caso de mujeres deportistas.

Dicho esto, ¿cuál es la mejor opción? No hay una sola respuesta. Cada caso de cirugía mamaria es personal, y por lo tanto hemos de valorarlo individualmente según los gustos y características anatómicas de la paciente. ¡Contacta con nosotros!

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