La braquioplastia consiste en una intervención quirúrgica encaminada a mejorar el aspecto de las extremidades superiores mediante la resección del exceso dermograso de la cara interna de ambos brazos, con el fin de conseguir unas extremidades estilizadas y armónicas, en sintonía con el resto del cuerpo.
Suele recomendarse a personas que han sufrido una pérdida considerable de peso.
En las visitas previas el cirujano informará a la paciente de que la operación le dejará una cicatriz en la cara interna de cada brazo. Valorará además la calidad y elasticidad de la piel y su capacidad de retracción.
El paciente deberá ser consciente de la existencia de cicatriz, que en ocasiones podrá esconderse en la axila y pasar inadvertida.
La duración estimada de esta intervención oscila entre una o dos horas y se realiza bajo anestesia local sin necesidad de ingreso.
Al concluir la operación se le aplicará a la paciente un vendaje semicompresivo.
La primera cura se hará en la consulta del cirujano, una vez la paciente haya sido dada de alta. Entonces se le retirará el vendaje que será sustituido por una faja en cada brazo, que deberá llevar entre dos y cuatro semanas.
Durante el postoperatorio inmediato la paciente deberá hacer un reposo relativo y tomar la medicación prescrita (analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos).
Los puntos serán retirados entre los días 7 y 21 desde la operación, y a partir de entonces se le recomendarán los drenajes linfáticos, para disminuir las inflamaciones y los edemas postoperatorios.
Se recomienda también evitar la exposición solar, así como realizar esfuerzos físicos durante cuatro semanas como mínimo.
Alma es única porque proporciona soluciones avanzadas de visualización, segmentación e impresión 3D que permite al cirujano tener entre sus manos una réplica de la anatomía del paciente